29 junio 2019

RUPTURA EMOCIONAL CON LA EMPRESA


Vivimos en un mundo muy competitivo en el que la globalización abre nuevas oportunidades profesionales, y en un entorno  en el que ya no basta con ofrecer un salario para retener al talento en las compañías.
Ante esta situación es cada vez más necesario eliminar las jerarquías estrictas, crear un entorno en el que todos nuestros colaboradores puedan expresar su opinión, ser escuchados, ver que se implementan las ideas que proponen y que son partícipes del éxito de la empresa y no simples “asalariados”.
Todos los colaboradores esperan de sus superiores, y de los proyectos que desarrollan en la empresa, que cada día mejore su perfil profesional y el famoso concepto de empleabilidad.
Este es un reto que se nos presenta a los directivos y que, sin duda, cada vez será más importante y que debemos tratar con la máxima rigurosidad si queremos un equipo fiel y motivado.
Cuando confías en la profesionalidad de tus equipos puedes implantar medidas de gran impacto, que no presentan una excesiva complejidad, y que seguro generan fidelización del equipo. En mi caso he adoptado algunas de ellas en la empresa que dirijo desde hace 9 años:
·    Todos los colaboradores pueden trabajar dos días a la semana desde su casa, evitando tiempo en desplazamiento y facilitando la vida personal
·        Tenemos horario flexible hecho que facilita la salida temprana dejando más tiempo libre para poderse dedicar a la vida personal
·        Aun cuando la tendencia parecía que se eliminaría la jornada intensiva de verano en las empresas, nosotros la hemos recuperado consiguiendo mayor productividad
·        Hemos incorporado más días de vacaciones de las que rige el convenio, e incrementado con días adicionales por antigüedad para premiar la fidelidad en la compañía
·        Por último, y quizás el más valorado, ha sido la introducción del día festivo el día de cumpleaños de cada uno como “regalo” de la compañía
Pero todas estas ventajas pierden todo su significado cuando nuestras acciones, por error u omisión, provocan en alguno de nuestros colaboradores la ruptura emocional con la empresa.
Al igual que sucede en la vida personal existen muchos problemas que pueden tener solución pero es la ruptura emocional el peor de ellos puesto que provoca una desconexión que difícilmente puede tener solución.
En el mundo de la empresa nuestros colaboradores pueden pasar épocas en las que están más o menos motivados por el proyectos que les ofrecemos y será nuestra obligación detectar la situación y reconducirla para recuperar el talento. Los motivos de esta desmotivación “temporal” pueden ser muy variados como un salario menor de los esperado, una promoción que no le llega a un colaborador, una mala valoración de su trabajo, …
Todas estas situaciones detectadas a tiempo se pueden revertir, pero cuando se alcanza la ruptura emocional difícilmente pueda existir la vuelta atrás salvo que se detecte de inmediato y se busquen rápidas soluciones con la persona afectada.
La ruptura emocional se produce cuando nuestro colaborador se siente engañado por nosotros y por ello decide que el tiempo en la empresa ya pasó y empieza a buscar un nuevo reto. Es una situación absolutamente negativa para la empresa, siempre ocasionada por actos o palabras pronunciadas hacia la persona, y que provoca que el afectado ya no quiera ofrecer su talento al desarrollo de la compañía.
A diferencia de una ruptura emocional personal, en este caso no existe duelo y ese es el mayor problema para la empresa puesto que todos los lazos de fidelidad que se habían establecido se rompen definitivamente y es difícil que se pueda recuperar ese talento, dedicación y/o implicación con la compañía.
Nosotros, como responsables de personas, debemos medir nuestros actos y palabras en todos nuestros colaboradores y especialmente con los de mayor talento puesto que de llegarse a este punto de ruptura será sólo cuestión de tiempo que la persona ofrezca lo mejor de si mismo en otro proyecto.
Cuidar a nuestros colaboradores es la mayor garantía de éxito, y la única regla que no se le perdona a un líder es la falta de respeto o el engaño.
¿Alguna vez habéis sentido una ruptura emocional con la empresa a la que ofrecíais lo mejor de vosotros mismos?, ¿ cuál fue el resultado de la misma?.
Pensar en ello y evitar que ningún colaborador vuestro llegue a esta irreversible situación

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