Vivimos en un mundo muy
competitivo en el que la globalización abre nuevas oportunidades profesionales,
y en un entorno en el que ya no basta con ofrecer un salario para retener
al talento en las compañías.
Ante esta situación es
cada vez más necesario eliminar las jerarquías estrictas, crear un entorno en
el que todos nuestros colaboradores puedan expresar su opinión, ser escuchados,
ver que se implementan las ideas que proponen y que son partícipes del éxito de
la empresa y no simples “asalariados”.
Todos los colaboradores
esperan de sus superiores, y de los proyectos que desarrollan en la empresa,
que cada día mejore su perfil profesional y el famoso concepto de empleabilidad.
Este es un reto que se nos
presenta a los directivos y que, sin duda, cada vez será más importante y que
debemos tratar con la máxima rigurosidad si queremos un equipo fiel y motivado.
Cuando confías en la
profesionalidad de tus equipos puedes implantar medidas de gran impacto, que no
presentan una excesiva complejidad, y que seguro generan fidelización del
equipo. En mi caso he adoptado algunas de ellas en la empresa que dirijo desde
hace 9 años:
· Todos los colaboradores pueden trabajar dos días
a la semana desde su casa, evitando tiempo en desplazamiento y facilitando la
vida personal
·
Tenemos horario flexible hecho que facilita la salida
temprana dejando más tiempo libre para poderse dedicar a la vida personal
·
Aun cuando la tendencia parecía que se eliminaría
la jornada intensiva de verano en las empresas, nosotros la hemos recuperado consiguiendo
mayor productividad
·
Hemos incorporado más días de vacaciones de las
que rige el convenio, e incrementado con días adicionales por antigüedad para
premiar la fidelidad en la compañía
·
Por último, y quizás el más valorado, ha sido la
introducción del día festivo el día de cumpleaños de cada uno como “regalo” de
la compañía
Pero todas estas ventajas pierden
todo su significado cuando nuestras acciones, por error u omisión, provocan en alguno
de nuestros colaboradores la ruptura emocional con la empresa.
Al igual que sucede en la vida
personal existen muchos problemas que pueden tener solución pero es la ruptura
emocional el peor de ellos puesto que provoca una desconexión que difícilmente
puede tener solución.
En el mundo de la empresa
nuestros colaboradores pueden pasar épocas en las que están más o menos
motivados por el proyectos que les ofrecemos y será nuestra obligación detectar
la situación y reconducirla para recuperar el talento. Los motivos de esta
desmotivación “temporal” pueden ser muy variados como un salario menor de los
esperado, una promoción que no le llega a un colaborador, una mala valoración
de su trabajo, …
Todas estas situaciones
detectadas a tiempo se pueden revertir, pero cuando se alcanza la ruptura
emocional difícilmente pueda existir la vuelta atrás salvo que se detecte de
inmediato y se busquen rápidas soluciones con la persona afectada.
La ruptura emocional se produce
cuando nuestro colaborador se siente engañado por nosotros y por ello decide
que el tiempo en la empresa ya pasó y empieza a buscar un nuevo reto. Es una
situación absolutamente negativa para la empresa, siempre ocasionada por actos
o palabras pronunciadas hacia la persona, y que provoca que el afectado ya no
quiera ofrecer su talento al desarrollo de la compañía.
A diferencia de una ruptura
emocional personal, en este caso no existe duelo y ese es el mayor problema
para la empresa puesto que todos los lazos de fidelidad que se habían
establecido se rompen definitivamente y es difícil que se pueda recuperar ese
talento, dedicación y/o implicación con la compañía.
Nosotros, como responsables de
personas, debemos medir nuestros actos y palabras en todos nuestros
colaboradores y especialmente con los de mayor talento puesto que de llegarse a
este punto de ruptura será sólo cuestión de tiempo que la persona ofrezca lo
mejor de si mismo en otro proyecto.
Cuidar a nuestros colaboradores
es la mayor garantía de éxito, y la única regla que no se le perdona a un líder
es la falta de respeto o el engaño.
¿Alguna vez habéis sentido una
ruptura emocional con la empresa a la que ofrecíais lo mejor de vosotros mismos?, ¿ cuál fue el resultado de la misma?.
Pensar en ello y evitar que
ningún colaborador vuestro llegue a esta irreversible situación